The Night Of The Blood Moon [Reservado] [+15] xDD

Comencé a caminar hacia mi daga de plata, para luego tomarla del suelo y volverla a guardar en su funda, simplemente debía guardarla, ya que la daga de plata era la mas importante para mi, sobretodo por su significado.

Solté un suspiro al escuchar las palabras del chico, - ¿Hacia donde crees que vas? - le pregunté rápidamente mientras caminaba hacia él, haciendo sonar con las piedras mis tacones, y si que hacían ruido. - No llegarías nunca al ghetto a tiempo, se esta desangrando y con la arena se puede infectar la herida.. - dije con seguridad, y era verdad, simplemente porque la herida que le había hecho con la daga de plata era demasiado profunda y no alcanzaría a llegar al ghetto.. con vida.

- Jasmine. Tonto inútil.. - dije con rabia al ver que al parecer no sabía manejar situaciones de crisis y noté que había dejado a la chica en el suelo. Sin dudarlo dos veces me acerque a ella y saque mi botiquín que siempre llevaba conmigo por si ocurría alguna desgracia y necesitara ayuda médica. - Ahora, quédate quieta - dije mientras sacaba una botella de alcohol del botiquín y remojaba un poco de algodón, para luego ponerlo encima de la herida para que se desinfectara un poco.

- ¡¿Te podrías callar?! - grité mirándole fijamente mientras retiraba el algodón con alcohol y delicadamente ponía una toalla húmeda ahí, simplemente para poder quitar un poco mas de suciedad que se podría haber quedado ahí. - Ahora, apreta bien su mano - dije con seguridad mientras sacaba un poco de aguja e hilo para poder coser la herida de la manera mas rápida posible.

- Idiota.. - dije susurrando mientras cortaba el hilo y movía mis cabellos al sentir una ligera brisa de frío aire en medio del desierto, una sensación exquisita.

Suspire al escuchar las palabras de ambos. - Procura tomar estas píldoras para el dolor. Los puntos deberás sacarlos al cabo de unos días.. - dije con seguridad, pero sin terminar completamente. - Y tú.. - dije mirando ahora fijamente al chico que se hacia llamar William, - Deja de ser tan bastardo y procura tratar mejor a los demás.. - dije finalmente levantándome del suelo y guardando las cosas que faltaban en el botiquín.

¿¡Quien demonios se creía?!, no tengo la menor idea de lo que William se podría traer entre manos, pero si él quería hacerme salir de mis casillas, lo había logrado con éxito rotundo. Lo único que pude sentir después fue su voz despidiéndose de la que se hacia llamar Brittany y su sombra recorriendo el camino hacia el ghetto que estaba a kilómetros de distancia de aquí.

Fue en eso que moví mi cabeza para volver a mis cabales y para decirle a Brittany con una voz un tanto enfadada, - Tomate dos de estos cada ves que sientas dolor, y no hagas mucho movimiento con tu pierna.. - a medida que le dejaba una caja de píldoras en el suelo, y para luego comenzar a caminar en dirección al ghetto, tan solo para divertirme un rato con William.

Camine por las sombras hasta poder quedar un poco mas adelante que William, notando como él caminaba seguro y sereno. Y fue entonces que sin dudarlo lo empuje a la pared de piedra para acorralarlo y colocando mi daga en su estomago, pero sin dañarle, sino que rozándole, y extrañamente nos encontrábamos casi en la misma posición que antes. -¿Quién es la tonta ahora, William? - dije soltando una ligera y silenciosa risa, mordiendo mi labio inferior tan solo por diversión.

Aunque debo admitir que quería soltar un leve suspiro al sentir como rozaba mi labio para poder liberarlo de mis dientes, no lo hice por el simple hecho de.. volver a recordar lo que me había dicho cuando estábamos curando la pierna de Brittany. - Si quisiera hacerlo, podría.. ¿Acaso eso quieres? - pregunté soltando una risa mientras seguía manteniéndome cerca de William y volviendo a morder mi labio inferior reí con cierta gracia y dulzura.

Reí ante su pregunta, - Lo mismo me pregunto yo, William - dije para luego volver a rozar la daga en su estomago, pero esta ves mas suavemente, a medida que enterraba el mango de esta para demostrarle en cierta forma que no estaba bromeando respecto a enterrar la daga.

Solamente me quedo dejarme llevar, simplemente me deje llevar por su fuerza, solté mi daga.. y sentí como su fuerza me arrastraba hacia él. - Eso es un enigma.. para ambos - dije ante su pregunta, y era verdad.. siempre que teníamos una discusión terminábamos a 3 centímetros uno del otro, es como si fuera una clase de ritual o algún tipo de magia negra.

Moví mi cabeza delicadamente para poder quedar mirándole fijamente, - ¿Desde cuando te ha importado mi bienestar maldita sea? - dije riendo un poco, para colocar mi mano en su estomago y rasguñarlo un poco, - Eso, es por la patada.. - dije mordiendo mi labio inferior nuevamente.

- No me gustan los enigmas... quiero saber.- Con mi mano en su espalda, la acerqué más a mi cuerpo.- Tu bienestar me importa desde que me demostraste que eres humana.- En ese momento sentí el efecto de su rasguño en mi estomago.- Por suerte fue solo una patada.- Reí ante su comentario.- Lo siento, pero yo creí que tú eras... eras... uno de ellos.- Me disculpe con sinceridad.

- Creíste mal Will.. - dije susurrando mientras volvía a morder mi labio inferior, y mientras que con mi mano libre delicadamente rozaba sus labios con la yema de mis dedos, - ¿Y crees que yo tengo la respuesta? - le dije con un tanto de gracia, mientras seguía rozando sus labios con la yema de mis dedos.

Reí durante unos segundos, para luego dejar de rozar sus labios. - Deberías dar gracias que tan solo te rasguñe, porque para la próxima.. podría ser peor.. - dije riendo un poco, mientras nuevamente volvía a morder mi labio inferior con fuerza.

Suspire al ver que de verdad pensaba que sabía la respuesta, y por primera ves iba a bajar la guardia tan solo unos segundos, - Te he dicho que no tengo idea.. Si lo supiera, ¿crees que no te lo diría? - dije un tanto molesta, pero luego de escuchar sus palabras, levanté mi cabeza rápidamente para mirarle fijo y para soltar una suave y dulce risa de tan solo volver a recordar.

- Entonces, ¿Por qué no me has mordido? - dije mordiendo nuevamente mi labio inferior, y esta ves logrando cortarme el labio y haciendo que brotara sangre. - No serías capaz.. - dije susurrando a escasos centímetros, y esta ves pasando mis manos por su cuello para sentir su piel helada.

Tan solo me deje llevar por el momento, al sentir la extraña calidez de sus labios en contra de la frialdad de los míos, era algo extraño.. pero sumamente tentador. La verdad no sé cuando tiempo había pasado, ya que había cerrado mis ojos y simplemente me deje llevar por el momento, sintiendo sus manos en mi espalda.. y yo aferrándome a él delicadamente.

Pero luego coloque ambas manos en su pecho para alejarle de mi. - Esto está mal.. - dije susurrando mientras mantenía mis manos puestas en su pecho, y mientras desviaba mi mirada al suelo, cubriendo mi cara con mis rubios cabellos que brillaban a la luz de la luna.