Interesado (reservado)

Mi brazo sobre su cintura se sentia perfectamente comodo.
Sin pensarlo mucho, me encontraba en un bar con ella.
Ya no queria devorarla, en ese sentido, por supuesto.

- ¿Como?, ¿Que? - estaba lleno de preguntas pero decidir dejarla hablar - Di algo, y no me digas "algo" como respueta -.

-No te entiendo, ¿que quieres que te diga?-le pregunté confundida por la extraña situación en la que me encontraba. Al lado de un vampiro, pero mis sentimientos no eran de miedo o terror, sino de algo diferente, algo que no comprendía.

Como es que no gritaba desesperada por ayuda, obviamente que si lo hacia deberia matarla pero no creia que lo tuviese en cuenta en ese momento.

- Di me tu nombre y todo sobre ti - dije cuando note que fui muy rudo - Por favor - dije y llame al mozo - Traigame un de una gaseosa - la mire - ¿Coca-cola o Pepsi? - le pregunte

-Coca-cola.-dije aunque me daba igual, no tenía sed de todos modos. Hice una pausa de unos segundos y luego continue: -Te diré todo lo que quieras, pero ¿por que quieres saberlo?-

No sabia si realmente debia contarle lo que pensaba, o sentia.

- ¿Haria algun cambio? - pense - en lo absoluto -

Ella me tendria miedo si no lo sentia hasta ahora.
Un vampiro deseando lo prohibido no era lo mas recomendable, y estar con uno siendo humana tampoco.

- Me agradas - queria explicarme - demasiado, y quedate tranquila que no pienso devorarte -

Asentí. No sabía que decir, ¿que el también me agradaba a pesar de todo?¿qué me hacía sentir cosas que jamás había sentido?. No tenía la valentía suficiente para hacerlo. Asi que me limité a responder su pregunta anterior.
-Mi nombre es Allegra, hace 19 años nací en Venecia. Mi padre era alcohólico y nos maltrataba a mi y a mi madre. Ella, una noche lo mató, cansada de su abuso. El dolor que esto le infligió fue terrible y terminó por consumirla. Murió meses después, dejándome sola.- la voz se me quebró y no pude continuar. Una lágrima comenzó a derramarse por mi mejilla.

Sentir su coraon acelerarse a travez de su sufrimiento me lleno de furia.
Queria sostenerla entre mis brazos y prometerle que todo estaria bien, pero me limite a tomar una servilleta y secar su lagrima, mi piel provablemente le causaia escalofrios, no queria eso.
Me acerque a ella.

- Todo estara bien - le dije corriendo sus cabellos y deje que su cabeza reposara sobre mi hombro - Tranquilizate, no dejare que nada malo te pase -

-Gracias, pero no tienes que sacrificarte por una desconocida-contesté algo abrumada. Aunque me sentía muy cómoda, más de lo recomendado, reposando mi cabeza en su hombro; me levanté, muy a mi pesar.
Lo miré a los ojos y agregué, intrigada:-Además, ¿Por qué harías eso? no tiene sentido.-