Barra Libre [Libre]

Me sente en el banco del a barra y apolle mi cabeza en mis manos.
-¿Gusta algo? -pregunto el barman.
-Un martini de chocolate -sonrei.
-¿Hola? -ese saludo sono mas como pregunta. Me voltee para ver quien me habia saludado, esto serviria para conocer gente nueva, ya que yo era nueva.

-Hola -saludé a unc chica, que no pasaría de los quince años. Sonreí y me acerqué a ella un poco -¿No llevas arma? ¿Quieres acaso morir?

No soportaba a los humanos indefensos. No la conocía, pero era humana. Una humana joven, una chica como lo era yo hacía unos años. Yo a su edad conducía y sabía empuñar un arma. Supuse que sabía que era human, mis ojos color miel me delataban, aunque las lentillas eran muy populares.

-Deberías vigilar más -sonrei y le pedí al camarero una copa de whisky -Podría ser un vampiro, y te aseguro que ya te hubiera matado, o peor, convertido.

-Pues... no me moresta morir, aunque mi madre se quedaria sola y esa la razon de que siga viva -sonrei- toda mi vida me he dedicado a huir, asi que si la suerte vuelve a estar de mi lado, podre salir viva -guiñe un ojo y sorbi del martini- ¿Que te trae por aqui?
La chica parecia de unos años mas grande que yo, y precavida, una de esas que le teme a los vampiros sin saber -y no estoy diciendo que me caiga mal- que ellos tabien fueron humanos...

Bebí un poco de la copa, la chica era valiente, pero imprudente.

-Cazo vampiros y protejo a los pocos humanos que quedamos -sonreí -Y a diferencia de tí, no tengo a nadie, todos están muertos; así que vigila, aunque sea por tu madre.

En ese momento, los pocos recuerdos que tenía de mi madre volvieron a mi mente. Recordaba flashes, como fotografías. Iba a encontrar a los vampiros que los habían matado y me encargaría de matarles, en su nombre.

-Megan, encantada -le tendí la mano, fijándome en el único vampiro del local, que estaba demasiado ocupado saliendo por la puerta para llamar a sus "colegas".

Asenti viendo al vampiro saliendo y reaccione.
-Valerie, igualmente -sonrei- ¿Puedo preguntar que le paso a tu familia?
Los recuerdos de mi infancia eran en si, pocos, solo tenia una pequeña imagen de mi hermana, y aunque no hubiera llegado a conocer ni a ella ni ami padre, yo los amaba, un amor incondicional e inigualable.

-Gracias, el tuyo tambien es muy bonito -le mencione- yo solo tengo a mi madre, aunque esta en sus ultimos suspiros -respondi y negue con la cabeza para intentar olvidar- la familia siempre importa -respondi con voz quebrada a punto de llorar.

No sabía como consolarla, nunca había sabido comprender los sentimientos. No tenía demasiada empatía. Pero si alguien estaba a punto de perder a su familia, era triste.

-Lo siento -la miré a los ojos y bebí un poco -No soy demasiado buena consolando, pero lo siento de verdad.

La chica estaba a punto de quedarse sola, igual que yo hacía dos años. Cuando mi abuelo murió, me quedé sola en eun mundo lleno de peligros.

Entre al local donde sabia que Val estaria.
-Hola Val -salude a Valerie, mi humana amiga- Y... Hola, aunque no sepa como te llamas, no te doy la mano porque estoy un poco fria -sonrio- Soy Amber, no te preocupes no te hare daño.

Estaba alucinando. Una vampiresa se me acababa de presentar. Supe que mi expresión de la cara había mostrado mis pensamientos, pero tampoco tenía porque esconderlo.

-Hola, supongo -comenté -Megan.

Que no me haría daño... ni que fuera una criatura, pensé. Odiaba a los vampiros, sabía que muchos estaban al achecho para matarnos o convertirnos, peor el caso. No le dí la mano, pero tampoco quería dársela. Sentía una repulsión hacia ella, supongo que manías adquiridas cuando unos vampiros te matan a la familia.

-Y dime Val, ¿Como esta tu madre? -comente- Ah, Megan, soy la prima de Valerie, hace apenas un mes era como ustedes, por favor, no me odies.

Ahora lo entendía. La prima de Valerie, por eso no nos había atacado. Sentía un poco de lástima, mexclado con sorpresa. No era látima mala, sino de melancolia. Un mes... un solo mes que comía, bebía, respiraba... supuse que se sentiría extraña.

-Lo siento -susurré.

-No importa, supongo que cazar animales baja un 40% lo sanginario de un vampiro -suspire.

-Supongo.

Cazaba animales, igual que McAvoy, ese vampiro que nos habíamos encontrado en Alaska. Era simpático, creo que el único vampiro que me cayó bien de verdad. Me alegró ver que no todos los vampiros eran sangrientos, transformando a humanos a tiempo completo.

No contestaré más hasta dentro de un buen rato, me voy a cenar y volveré ^^

-Bien Megan, ¿De donde eres? -pregunte para hacerle la platica.

-Kansas -resumí -Realmente no soy de ningún sitio, he vivido en la carretera practicamente toda mi vida.

Suspiré, recordando todas las horas de camino entre refugio y refugio. Mi abuelo siempre intentaba hacer que tuviera algún sitio donde llamar hogar: el cartel de "Hogar, dulce hogar" y la foto familiar, nunca faltaban.

-¿Y como es que... -no acabé la pregunta, dando por entendido que sabía que quería saber como la habían transformando.

-Vaya Amber, que sorpresa -la salude con la mano- Amber fue transformada mientras dormia -me encoji de hombros- al menos eso es lo que tu me contaste -le dije a Amber- luego el estupido vampiro se acobardo y huyo.