Visita Inesperada [Libre]

Estaba consciente del peligro que representaba venir hasta su domicilio, llegar hasta aquí no era fácil sin mencionar el peligro que representaba para un humano estar en territorio de vampiros. Pero necesitaba ayuda y ella era la única que podría ayudarme.

Estacione mi auto cerca de la entrada, baje del mismo y camine con paso firme y veloz hasta la puerta de su casa, toque el timbre y deje el paquete en el suelo. Tenía que salir rápido de ahí, a pesar que había tomado las medidas que creía pertinentes para que no detectara mi olor, estaba seguro que contaba con otros medios que le permitirían detectarme. Apenas toque la puerta regrese a mi auto y salí a toda velocidad.

Saque mi teléfono y marque al celular que acababa de dejar en la puerta de la doctora.
– doctora Luna Domenico? Mi nombre es Santiago Biachentto, he leído algunos de sus trabajos sobre la producción de sangre artificial y creo que podríamos ayudarnos mutuamente-


gracias por tu bienvenida y disculpame por no haberte respondido antes.

-soy científico al igual que usted, he estado trabajando en bioquímica humana y creo que le serán útiles algunos de los descubrimientos que he hecho, en la caja que acaba de recoger hay un CD-ROM, revíselo y vera de lo que hablo.- estaba preocupado no tenia idea si accederia a ayudarme, pero esperaba que mi pequeño insentivo la animara.

Me quede pensando por un momento, había escuchado rumores sobre los hábitos alimenticios de la doctora , sin embargo un vampiro siempre es un vampiro y dudo mucho que pueda hacer algo cuando sus instintos los dominan
– creo que sería algo complicado por no decir peligroso, la integridad de ambos estaría en juego-
Apesar del peligro que eso representaba una parte de mi en verdad quería ir y visitar a la doctora.

Una pequeña sonrisa se dibujo en mi rostro
¿Estaría dispuesta a correr el riesgo de estar con migo?

No esperaba otra respuesta – cuidado cuando subestima al pequeño doctor, incluso Mr. Hyde era vulnerable, sobre valorar y subestimar el poder puede ser peligroso.

- Si tantas ganas tienes de verme- di vuelta al volante y las llantas rechinaron la con el rose del pavimento.
- pero dime debe de haber lago más que me incentive a ir, no me emociona mucho arriesgar mi vida solo por cumplir un capricho- dije con voz de indiferencia, aun que en realidad no había nada que me emocionara mas.

No me había alejado demasiado a si que regresaría en poco tiempo, pero no quería darle gusto y llegar rápido, me orille en la carretera y comencé a preparar todos los artefactos que tenia con migo, puse mi mente en blanco y me asegura de que mis barreras estuvieran al máximo, no tenía intenciones de hacerle daño pero estaría preparado para defenderme.

Llegue a la casa 30 minutos después de cortar la llamada, baje del auto y me recargue sobre el observando la casa, mi rostro estaba inexpresivo como siempre, permanecí unos minutos en esa posición hasta que decidí dirigirme a la puerta.

En cuanto me disponía tocar la puerta me percate que estaba abierta, sorprendido e inseguro entre a la casa con un paso lento y sin hacer el menor ruido. Recorrí la estancia con la mirada y no vi rastro de la doctora, mis sentidos estaban al máximo, seguí caminado y recorriendo la casa hasta que por fin la vi, estaba recostada y parecía tener un sueño profundo, sonreí ampliamente como si me encontrara frente a una gran broma, “nuca dejara de sorprenderme lo confiados que son los vampiros” eso siempre avía facilitado mi trabajo. Me senté en una silla que estaba junto a luna, la observe detenidamente sin mover un musculo. Permanecería hay hasta que despertara por sí sola, el tiempo que fuera necesario, no quería interrumpir un sueño tan cálido.

-no puedo faltar a una cita con alguien tan bella- dije tranquilo, casi en un susurro, mi rostro seguía inexpresivo.- ¿has dormido bien?

Nada en especial, solo unos cuantos negocios, y decidí probar suerte e intentar entablar una…- guarde silencio por un par de segundos- amena charla con una bella mujer.- mire sus intensos ojos azules claros.- lamentablemente no tuve suerte en ello. Pero a cambio de eso estoy frente a una de las más brillantes y hermosas científicas que he conocido, con el pequeño inconveniente de que quizás no esté vivo para mañana.

por mi parte es todo por hoy espero podamos continuar mañana. Fue un placer.

Era hermoso. Bueeeno... no exageres, como si nunca hubieras visto un hombre.
Carraspeé tratando de mantenerme seria. No sabía hasta que punto podía confiar en el... humano.
- Si me conocieras sabrías que me disgusta la sangre humana. Así que no vas a morirte. - dije, caminando hacia mi ordenador. - A menos que alguien esté planeando matarte y no me hayas contado. - puse el CD. - Entonces... dime... Santiago ¿Qué hay aquí? -


El placer fue mío, caballero.

-Desangrar no es la única forma en que una vampira puede matar, y no necesito conocerte para saber que lo que dices es mentira,- ledije tranquilamente, me levante y camine tras ella- no hay nada que les guste más a los vampiros que la sangre humana, pero me alegra saber que no disfrutas matando personas para sobrevivir.-

Metió el CD en la computadora y enseguida comenzó a cargar una animación que había preparado.

Como sabrás la sangre de los humanos se produce en la medula espinal, he logrado igualar casi el setenta por ciento de las funciones de producción que realiza la medula, en los compuestos que fabrique los niveles de de glóbulos rojos y blancos así como el plasma, son exactamente iguales a una muestra de sangre humana, lamentablemente aun no he conseguido que las plaquetas coagulen correctamente pero es solo cuestión de tiempo para que lo logre. En el CD agregue todos los datos que he recopilado.
Me incline cerca de ella para mover el mouse y mi cuerpo estuvo a escasos centímetros del suyo.

Quiero ofrecerte una disculpa, fue muy desconsiderado de mi parte traerte mas trabajo del que ya tienes. Creo que es demasiado trabajo y presión para una sola persona. Me gustaría invitarte un trago, pero creo que es como invitar a que me decapiten, así que me limitare a invitarte a salir y relajarte un rato.- me puse en canclillas de tal forma que mi cara quedara debajo de la suya.
Note que comenzaba a alterarse un poco estando tan cerca de ella, mi mente me decía que eso no era bueno que era peligroso, pero no podía alejarme de ella, sus ojos me envolvían.
-¿qué piensas?