Parque de Isola Bella / Reservado

Estaba paseando cerca del Palacio de Borromeo, donde se encuentra este magnifico parque... Sus jardines se orientan hacia el mar mediterraneo donde había una vista estupenda iluminada tan solo por la luz de la luna llena.
La noche anterior, había soñado con este lugar... Por alguna razón sabía que debía estar aquí.
Era cerca de la media noche y caminé hacia el balcón que orientaba hacia el mar, cerré mis ojos y dejé que el viento me acariciara el rostro y mi cabello. Mis instintos fueron calmados por el sonido de las olas del mar. Mi vestido color rojo danzaba con la brisa. Hasta que percibí un olor almizclado muy particular... Muy atrayente. Sin embargo no volteé.
Mi respiracion empezó a agitarse y sonreí para mi misma
-Te estaba esperando...

Sali furico del castillo, no sabia por que pero Vania siempre lograba ponerme asi. Me llenaba de celos, de rabia con facilidad. Azote la puerta del castillo cuando sali y uno de los criados se acerco a mi para preguntarme si montaria el caballo. Yo lo ignore soltandole un par de palabrotas, no tenia humor para que un imbecil de la servidumbre se me pusiera en el camino. Fui hasta la caballeriza sin dejar de caminar como alma que llevaba el diablo, tome mi caballo negro y sali disparado mientras le azotaba para que corriera con fuerza.

Mientras montaba me relaje un poco mas, pase por el Palacio de Borromeo, un lugar magnifico. A lo lejos pude divisar una figura femenina, tenia que ser ella. Fui hasta donde estaba, deje al caballo atado y segui a pie.

- Debo cambiar de locion, esta es muy delatadora.. - Dije bromeando ante las palabras de Bella. - Es imposible poder darte una sorpresa cierto? - Avance hacia ella y lentamente se dio la vuelta. Su belleza me cautivo una vez mas, la conocia, la conocia a profundidad, pero cada vez que la tenia de frente esa belleza eterna me sorprendia inevitablemente.

Off: Hice como si nos conocieramos ya :B

De una manera extraña sus palabras me inspiraban muchas cosas. Pero en este momento, solo sentí una increible dulzura.
Giré y me acerqué un poco hacia él. Su mirada era tal y como la recuerdo. Esos ojos sensuales y misteriosos. Elevé mi mano derecha y acaricié su mentón.
-Aunque cambies de perfume, aun tu piel tendrá ese aroma fascinante que te caracteriza.
Me acerqué mucho más y le di un beso en la mejilla y me quedé a centímetros de sus labios. Saboreando su aliento.
-Ha pasado mucho tiempo, Renzo...Sin embargo, eres impredecible y eso es una cualidad tuya que me sorprende... Reí con un poco de ironía y continué en un susurro... Aun puedo percibir tus emociones... Sobre todo, cuando estás molesto. Que te sucede esta vez?
Me alejé unos pasos y dirigí la mirada hacia su caballo... Era un pura sangre verdaderamente hermoso... De todas sus cualidades esta es la que más teníamos en común.
Enfoqué mis ojos hacia los de Renzo, esta noche me decía todo y a la vez nada en particular. Pero, aun asi, entendía todo...


Off: Me gustó eso... Así que tranqui... Vamos a ponernos creativos jejejejejeje

Suspiré ante tal revelación. Despues de tantos años y Renzo aun se dejaba llevar por los caprichos de Vania.
-Aunque lo desearas, jamás podrías parecerte a un simple mortal.
Dirigí la mirada hacia la oscuridad y giré nuevamente hacia el balcón.
-Querido Renzo... La muerte no necesariamente tiene que ser de forma física. Hay cosas peores que eso. Como por ejemplo, desfallecer lentamente en tu interior. Lo observé por encima de mi hombro tratando de ser indiferente. Pero en realidad algo dentro de mí decía que Renzo era una clase de prisionero... Un prisionero voluntario para toda la eternidad.
¿Algun dia podría ser libre? me pregunté.

Giré mi cara muy cerca de la suya y cerré los ojos. Estaba deleitada con la cercanía de nuestros cuerpos.
-A veces nuestra fuerza es nuestra mayor debilidad.
Nuevamente suspiré y me giré hacia él tratando de encontrar su mirada que ahora estaba rígida e inmutable.
Entonces comprendí que quería ocultar sus emociones bajo su coraza monarquica.
Esta vez, dí rienda suelta a un impulso que tenía reprimido hace mucho tiempo atrás, tal vez sólo quería probar lo único verdadero que podría lograr de él. Me acerqué y lo abracé tan fuerte como pude. Y coloqué mi cabeza sobre su pecho.
-Renzo, siempre me sentí segura a tu lado. Incluso en estos momentos que...
Interrumpí mis propias palabras, pensando si era el momento oportuno para confesar la razón de nuestro encuentro. Me separé de su cuerpo y comencé a caminar a su alrededor, estudiando sus gestos, sus maravillosas características físicas y esa ráfaga de emociones encontradas que aun podía reconocer en él. podría decir, que aunque fuera impredecible, lo conocía bien.
-He tenido una visión... Sabes lo indiferente que soy ante el destino... Pero el motivo de mi regreso a Italia es porque te ví a ti en repetidas ocasiones en mi mente...
Me detuve frente a él y mantuve mi actitud analítica y severa. Tal vez yo tambien quería ocultar tras una coraza esos sentimientos genuinos e importantes que sentía por él. No por el Rey, sino por Renzo.
-Así que solo te haré una pregunta Renzo Renieri... di un paso al frente hasta estar a centímetros de su quijada, justo donde nuestros alientos se mezclaban -Abandonarías la Mansión Renieri como un esclavo sumiso y obediente o... Permanecerás en Italia como un fuerte y poderoso Rey? Le pregunté en un tono casi autoritario y una mirada retadora.

Luego de la respuesta de Renzo, mi mente comenzó a divagar por un universo paralelo al que estaba viviendo… No pude evitar sonreír por sus ademanes divertidos y su sensualidad natural. Él me hacia sentir cosas que no había sentido nunca, cuando estaba a su lado sentía un magnetismo extraño, como si no pudiera alejarme de allí. Con él podía ser natural y olvidar el protocolo a pesar de su posición. Y me sentía felíz por estar a su lado. Pero era una tonta ilusión que no podría determinar cuanto tiempo podría durar. Y eso me hacía sentir un poco melancolica. Y débil.
Su mano estaba bajo mi mentón, la sujeté con la mía y le dí un suave beso en la palma, dejando una huella de mis labios allí.
–Renzo, reconozco que harías cualquier cosa por hacer feliz a Vania, y eso podría resultar un poco peligroso para el destino de tu reino y el tuyo propio. Pero ten en cuenta, que no solo eres Rey, sino tambien un hombre. ¿No te aburre esa excéntrica rutina con Vania o con tus concubinas? Le dije mientras alzaba mi mirada con cierta ternura hacia él. Luego de una pausa continué en un susurro. -Sabes que ella tratará de controlarte, y cuando eso suceda, tendré que marchame.
Logicamente tendría que alejarme nuevamente de él. No podía soportar verlo completamente entregado a ella. Sus lazos consanguíneos y emocionales me hacían perder el control. No estaba segura de ¿Por que despues de tantos años, continuaba aferrandome a él? Esa respuesta la conocía, solo quería su bienestar y su felicidad. ¿Pero por que? Será porque tenía cierto sentimiento de vinculación hacia Renzo Renieri. Lo cual, a mi parecer, resultó ser una hipótesis descabellada. No podría imaginar ser correspondida de alguna manera. Aunque ahora lo creía mas posible.
Repentinamente, de forma incoherente negué con la cabeza a los pensamientos en mi interior. Me alejé de Renzo unos pasos y dirigí la mirada hacia el oceano.
-Lo siento, querido Renzo, mi deseo no era ofenderte. Confío en ti y estoy plenamente segura de que tomaras la mejor decisión.
Traté nuevamente de levantar mi coraza estricta e indiferente, pero ese esfuerzo fue en vano.
-Y que tan aburrido estas ahora? retomé su respuesta anterior.

Sus palabras causaron una convulsión en mi mente. Su voz resonaba en mi cabeza y yo estudiaba cada palabra que Renzo había dicho. Sentí su beso sobre mi mano y con la otra acaricié su cabello. Solo lo observé detenidamente por un minuto, hasta que solo pude decir en un susurro...
-Renzo... Hice una pausa para aclarar mis ideas -Voy a quedarme en Italia por un tiempo....
Avancé un poco hasta darle un sutil y delicado beso en el cuello. Estaba invadida de varias sensaciones en ese momento... Ternura... Pasión... Nostalgia... Después de todo una parte de mí, no quería marcharse y alejarse de él, no despues de encontrarnos despues de tanto tiempo. Y luego, ¿Cuanto tiempo más transcurriría hasta nuestro próximo encuentro? Siendo así un riesgo, de que encontrara una compañera. Luego alcé una mirada analítica a sus hermosos ojos.
-Y ya te lo dije antes, aunque trates de compararte con un humano, jamas podrías serlo. Sonreí con ironía mientras mi mano ahora recorría el borde de su quijada -Sabes que eres mejor que eso. Mucho mejor que cualquier ser.
Mis dedos se deslizaron por el borde de su camisa, descendiendo desde su cuello hasta su esternón.
-Y una vez más te lo digo, querido... Estoy segura de que tomarás la decisión correcta. Despues de todo eres el único que tienes el control y el poder de tu destino... Y del destino de nuestra raza.

Despues de escucharlo, noté algo inusual en él. ¿Preocupación? Me acerqué lentamente y busqué su mirada mientras coloqué mi mano sobre su brazo.
-No estas solo Renzo... Y sabes que siempre estoy contigo... Conozco muy bien la situación de Vania y te apoyo en lo que quiera que desees hacer.
Estaba cautivada mientras sentía la piel de su brazo bajo mi mano. Sentía su suavidad, su calor, su texura y hasta su poder infinito vagando por esos músculos. Suspiré y finalmente bajé la mirada. Retiré mi mano y la coloqué sobre mi pecho.
-Espero que ese Renzo Renieri que conozco sea el que permanezca durante mucho tiempo. Es tu verdadera naturaleza y gran parte de tu grandeza. Realmente lamentaría mucho perderte.
Los pensamientos de permanecer juntos, me llenaron de gran espectativa. Recuperaría todos esos años perdidos y regresaría finalmente donde pertenezco.
Todos estos años que estuve lejos, siempre recordaba a Renzo con añoranza y sentía como si con él, hubiera abandonado una parte de mí. Y al tenerlo tan cerca, siento que ya estoy completa.

Finalmente, noté el apaciguamiento en su voz e hizo otro de sus ademanes monarquicos que ciertamente lucían en él. Hice una reverencia discreta y sin pensarlo tomé su brazo y le dediqué una mirada fija y analítica mientras decía con voz suave.
-Renzo Renieri... Cuando te ha preocupado que hubiera alguien mas en mi vida? Sonreí con malicia. -Y aunque lo hubiera, no podría negarme ante tal invitación de tu parte...
En realidad, mi preferencia por él, satisfacía su orgullo. Era una parte de Renzo que denotaba egocentrismo y hasta un extraño sentido de propiedad, que particularmente a mi me encantaba.
Al notar sus gestos de simpatía y una leve sonrisa llena de satisfacción, finalmente le dije:
-El honor sería mío al visitar tu castillo. Me han contado de su grandeza y las grandes remodelaciones que le han dado un toque especial que denotan el carácter de la familia que lo habita.
Estaba curiosa por ello, tanto que desearía que aquella epoca de fiestas mágicas en su palacio renacieran, retrocediendo en el tiempo hasta aquella vez que nos conocimos.
-Además me dará gusto saludar a Vania después de tanto tiempo.

La conduje hasta mi caballo y mientras la llevaba del brazo no pude mas que sonreir.
- Oh si! Debes verlo. Hemos tirado la casa por la ventana...es asi como dicen los humanos? Da igual.. - Me eche a reir. - El honor seria mio Mademoiselle - Le dije una vez que llegamos al caballo. Lo desate y subi en el para despues ofrecerle mi brazo para ayudarle a subir, una vez que lo hizo senti como me rodeaba por la cintura con sus brazos. - Seguramente a Vania tambien le dara gusto verte... - Dije con algo de sarcasmo, ya que yo sabia que Bella nunca habia sido su total agrado. Azote al caballo una vez y nos dirigimos hasta el castillo..

Off: Ya abro el tema ahi