¿Le temes a la muerte? (libre)

Me gustaba la forma en que se expresaba, puesto que cada comentario que hacia,
me enredaba la mente y hacia que pensara en una y mil formas de representar sus palabras.
Aunque tenia razón... El gusto ... era mas que peligroso... Una tentacíón dianbulante... que algunos no podiamos evitar probar y satisfacernos con ella, llevandonos a cometer pecados imperdonables.

Pero el tomo mi mano fria y dura entre la suya, calida y suave al contacto de mi piel, y la beso delicamente, haciendo que el nerviosismo volviera y me enfocara en no saltar de adrenalina ante semejantes actos.

Podia ver cada uno de sus actos y sonreir ante la provocación de ellos. Pero rapidamente me enfoque en mi pequeño juego y adivine que pronto lo aburriria, puesto que aunque el parecia haberse adaptado a la oscuridad como si esta no existiera, sabia que muchos querrían ver algo mas emocionante en ella que solo negro..

A sí que, sonrei picaramente y di unos ligeros pasos atras y comenze a caminar en nuestra burbuja,
pero recordaba perfectamente la escena donde nos encontrabamos antes de la oscuridad y los arboles solitarios que estaban a unos metros.

Camine lenta y pacientemente como si se tratara de seducir a alguien y el siguio mi pasos.
Pero a unos escazos 60 cm del primer arbol cercano, me detuve y desapareci nuevamente, el volteo, adivinando donde estaria pero yo ya me encontraba enfrente de el.

Con un ligero toque de mi mano, lo empuje hacia el arbol de modo que se encontro acorralado entre mi cuerpo y el, y pronto hice que un poco de luz de el exterior, me iluminara nuevamente de modo que sus sentidos ahora podian estar enfocados al cien, entre tanta oscuridad...
Puse mi mano en su pecho y me acerque a su oido para susurrandole:
- ¿Que se siente jugar en oscuridad?- pregunte juguetonamente y delize mi dedo indice por un boton de su chaqueta.
Cuanto me divertia con esto.. pense

-Quizás tu puedas responder mejor a esa pregunta. Aunque hoy en dia jugar en la obscuridad resulta igual de peligros que jugar con fuego.
La tome de la mano y la lleve a mi pecho. Podía sentir mi corazón palpitar tranquilo bajo su piel. Volvió a alejarse de mí y comenzó a caminar por el bosque, cambiaba constantemente de ubicación, en un segundo estaba bajo un árbol, al siguiente estaba sobre la punta de otro, y después a escasos centímetros de mi. La seguí rápidamente disfrutando de las sombras.

- Cierto - resuse ante su comentario y me aleje nuevamente.
El seguia sin indicios de aburrirse o alterarse, porque corria al compas de mis movimientos y yo solo me rei al disfrutar de semejante espectaculo.
Pero... sin darme cuenta mi borbuja ya no era necesaria, la noche habia logrado caer alrededor de ella. A si que sin mas distracciónes, la hice desaparecer y pronto todo lo que se encontraba dentro de ella, se ilumino tiernamiente por la luz de la luna y yo me detuve.
- lo siento... no me di cuenta de el paso de el tiempo - repuse sonriente y me baje de el arbol donde estaba para estar a unos metros de el.
- Es peligroso que andes con alguien como yo- dije sonriente

-Lo mismo digo- dije devolviéndole la sonrisa.
Levante la mirada y vi la luna, la tenue luz que emitía era como una antorcha segadora para mis ojos que se habían acostumbrado al la obscuridad, pero aun si no aparte la mirada de ella por unos segundos.
-El tiempo transcurre mas rápido cuando disfrutas estar con alguien cierto-

Gire mi mirada y vi las tumbas que estaban tras nosotros deberíamos decir unas palabras.

- Si creeo que si...- sonrei - Es bueno hacer amigos - le recorde y voltee a ver las tumbas.
La Luna estaba deslumbrante como si nos sonriera.
Pronto recorde el transcurso de la noche y le sonrei.
- Santiago ... creeo que me tengo ir-