El inicio... [Libre]

¿Por qué había sucedido todo esto?. Algunas personas dicen que los vampiros siempre habían existido y que se habían revelado al ver que el ser humano no podía cuidar el planeta, otros decían que simplemente eran proyectos de laboratorio que salieron mal y que escaparon de esos lugares, provocando.. todo lo que esta sucediendo ahora.


Había llegado por fin de mi ultima ‘travesía’ para poder buscar unos cuantos víveres para mi misma, el viaje siempre sería duro y pesado.. y necesitaba tener la energía necesaria para poder encargarme de las amenazas. Suspire mientras guardaba la daga de Merlín, no quería asustar a alguna persona del ghetto por el simple hecho de ver sangre en aquella daga de un filo impresionante. Pero por otro lado no podía dejar de preguntarme el porque estaba caminando por estos lados, sabiendo que podía resguardarme en otros lados, pero luego mi mente me recordó la respuesta, “La idea es pasar desapercibida con los mas ‘pobres’, los vampiros siempre buscaran a los que se esconden en lugares.. lujosos”.

Debía seguir con mi tarea, pero no sabía como ni donde continuar, ya había acabado con algunos de los ‘testigos’ de aquella noche.. pero aún quedaban demasiados. No tenía la menor idea de donde poder conseguir una lista, tan solo porque hoy en día no muchos se dedican especialmente a la caza de vampiros y sobretodo al saciar la sed de venganza, es como un empleo mas que hay que hacer para poder sobrevivir en este mundo loco y lleno de caos.

Suspiré en medio del silencio, no sabía si alguna persona me diría algo la verdad. - No puedo seguir viviendo de esta manera.. - dije susurrando mientras seguía caminando por el lugar, esperando poder encontrar un lugar donde pasar la noche lo más rápido posible y así poder volver a seguir con mi ‘travesía’…

Un camión de una de las televisoras más famosas recorría las calles ya que Amane Misa, la famosa modelo había prometido firmar autografos en ese tipo de rumbos, le daba miedo pero aún así se arriesgo.

El vehículo se detuvo y al compuerta se abrió mientras que un grupo de niñitos se agrupaba ahí para ver salir a la rubia.

-Ya estoy aquí! - gritó la modelo sonriendo y bajando del camión alegre con los pequeños mientras que una extraña rubia que no se veía de ese tipo de suburbios pasaba. - Claro... ¿Aquí firmo? -le preguntó a un niño que le daba una camisa rota mientras que Misa sonreía.

Reí al ver el alboroto en el ghetto. ¿Acaso no se preocupaban por el llamar mucho la atención?, creo que todo el mundo terminaría de vivir en su mundo de fantasía en el momento que ellos vengan a este lugar y comiencen a llevarse gente. - Y pensar que dije que el ghetto era mas tranquilo que la escuela.. - dije para mi misma mientras soltaba una leve risa, y me colocaba a pensar en donde demonios podría conseguir los nombres de aquellos que me faltaban.. pero era inútil, toda esta.. venganza me cegaba la mayor parte del tiempo.

Suspire en medio del ruido que provocaba la gente en los alrededores, a medida que posaba mi mano en la daga de plata, tan solo en precaución de que todo llegara a ser una trampa y hubieran ‘engendros’ en los alrededores.

Terminó alegremente de firmarle a los chiquillos que se había reunido a verla y dejó que le tomaran algunas fotos haciendo algunas buenas obras, un poco cansada logró ver un pequeño destello plateado venir de aquella silueta que había visto.

-Una... asesina tal vez... -dijo en un susurro y abriéndose paso entre los niños que fascinados veían los obsequios de la televisora patrocinadora llegó ante la mujer.

-Buenas noches! -sonrió alegre como siempre lo hacía - me preguntaba si usted no quería un autografo o alguno de los obsequios que se brindan allá...

Guardé la daga de plata delicadamente, por ahora. Y suspire al escuchar la voz de la ‘modelo’ que había causado tanto furor y que me preguntaba por si quería algún autógrafo o alguna clase de recuerdo. ¿Acaso no sabía en que mundo estábamos viviendo?, en cualquier momento podrían atacarla y llevársela lejos como si fuera una clase de juguete.

Me crucé de brazos y la quede mirando un momento, a medida que soltaba otro suspiro y bajaba mi cabeza levemente para toparme con el suelo. - ¿Sabes que es peligroso lo que haces? Sobretodo con tanta gente alrededor.. - dije delicadamente, esperando que al menos indirectamente entendiera que ahora todos los seres humanos estábamos expuestos. - El ghetto es un lugar perfecto para ellos, sobretodo porque encuentran en cualquier lado algo para alimentarse.. - dije ahora levantando mi mirada y posando mis ojos directamente en ella, intentando ‘advertirle’ de sus actos.

- Misa sabe que... ser modelo es peligroso, pero no se preocupe Misa se sabe proteger... ahora podría preocuparse por eso o podría sonreir un poco y unirse a la diversión que venimos a otorgarle a la gente de aquí... mire... - esculcó en su bolsa y sacó una pequeña caja con bocadillos - se llaman pockys, son de fresas y son importados desde japón, son galletas bañadas como con fresa... - sonrió de nuevo, le gustaría saber más sobre aquella persona debido al leve centelleo que percibió proveniente de ella.

La camioneta le hizo una señal para irse pero la rubia decidió darles la espalda y quedarse con la misteriosa que acababa de conocer.

Spoiler:

“Está loca” dije en mi mente mientras soltaba una risa algo divertida, por el simple hecho de que verdad no media el peligro que había ahora en el mundo, de seguro no ha visto con sus propios ojos lo que les sucede a los.. descuidados.

- Hum.. bueno, gracias.. - dije con una sonrisa amable a medida que recibía aquellos palillos de fresa al parecer, no me haría mal comer algún bocadillo antes de dormir, sobretodo luego de haber recorrido mucho camino sola. - De verdad debes tener cuidado, nunca se sabe en donde pueden estar.. - dije mientras volvía a guardar mi daga, pero esta ves la dorada que tenia escondida en mi brazo.

Intentando ganarse la confianza de la desconocida volvió a sonreir y a agarrarla la mano pero al momento de moverle el brazo notó como si de pronto se le colgara mucho lo que llevaba puesto "Seguro me va a querer matar si la llevo conmigo... y entonces la atraparé... y tal vez ella sepa quien mató a mi familia...."

-Por favor déjeme pagarle un hospedaje en un lugar mucho mejor que este - sonrió apuntando a la camioneta - podemos salir de estos lugares... me dan tristeza estar aquí y ver a todos los niños... ande vamos, no le cobraré nada, Misa no es tacaña!

“Aquí hay algo raro, nadie puede ser tan.. amable, sobretodo en el ghetto” dije en mi mente a medida que seguía guardando cuidadosamente la daga de oro en mi brazo, delicadamente para que quedara bien escondida y además para tenerla cerca en caso de cualquier problema.

- La verdad.. no creo que sea buena idea, la gente de estos lugares está desprotegida y hay muy poca gente que pueda ayudarlos en caso de un ataque - mentí, la chica que tenia enfrente y que se hacia llamar ‘Misa’ no me inspiraba confianza alguna, había algo raro en ella.. pero extremadamente familiar. No podía estar 100% confiada en ella, simplemente porque durante todo este tiempo he aprendido por la malas el viejo dicho de que ‘las apariencias engañan’.

-Entonces si no le molesta me quedaré con usted, sabe soy una modelo que no tiene un gran futuro si no me se proteger de los malos, entonces... será mejor que aprenda con alguien que suena tan buena en el tema, toda una experta debes de ser...

Rió y volteó a la camioneta mandando un beso y una ondeada de mano significando que se fueran en ese mismo instante o les patearía el trasero a todos y renunciaría a la cadena televisiva, cosa que a ellos no les convenía.

El coche se alejó lentamente dirigiéndose a la salida del ghetto mientras que la rubia modelo seguía ondeandoles el adiós.

-Ahora sí... - suspiró -¿¡A dónde vamos compañera!?

Suspire y bajé mi mirada lentamente, la verdad no sabía que se traía esta chica.. y ciertamente me intrigaba que de la nada haya decidido quedarse. - Primero que todo.. - dije soltando una ligera risa a medida que sacaba mi tercer daga, la de hueso, delicadamente, - Te desvías 3 segundos y ya estarás muerta.. - dije finalmente mientras le apuntaba con la daga, no en forma de amenaza.. sino en forma de sugerencia.

Suspire nuevamente para guardar la daga al notar que algunas miradas curiosas se estaban posando directamente sobre nosotras. - La gente del ghetto no es de confiar. Simplemente están desesperados por vivir y son capaces de apuñalarte por la espalda para venderte a un vampiro y así.. salvarse momentáneamente.. - le dije delicadamente mientras miraba a aquellos que pasaban a nuestro lado, sintiendo algo raro en ellos.. como una clase de hostilidad de parte de algunos.

Mira la daga sorprendida primero asustada pero desués sonriendo.

-Woooooooow Es una daga... a ver - se la quita y la lanza al suelo - Tsugoi-desu!!* - la recoge y la guarda - gracias por el arma amiga... y aprendido todo lo que me dijiste... - se ánimo y vio a los de la calle saludando a uno que otro que se le quedaba viendo o que se le acercaba a pedir su autografo, dudaba que en verdad la gente del ghetto la conociera, pero supongo era importante saludar a la modelo que vino de fuera.

-Y... ¿Cómo te llamas? - le preguntó sonriendo.

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*Increible!!

Suspire nuevamente, - Mas te vale que me devuelvas esa daga ahora mismo.. - dije con una voz un tanto desafiante mientras estiraba mi mano en señal de que me devolviera la daga de Merlín. Era sumamente raro que una sobreviviente humana fuera tan.. curiosa, ya me había acostumbrado a ver a mujeres y incluso adolescentes de mi edad armados con dagas y pistolas por si veían pasar a un vampiro por las calles o el desierto.

- Si quieres un arma, te la daré, pero olvídate que será una de MIS dagas.. - dije resaltando el ‘mi’ en un tono mas fuerte, para que ella notara que no estaba jugando, mientras volvía a sentir la mirada atenta de algunas personas que caminaban a mi alrededor. Suspire al escuchar su pregunta, - Jasmine.. - dije susurrando mientras bajaba mi mirada y seguía con la mano estirada esperando que me devolviera la daga y mientras pensaba en si debía darle un arma de fuego o simplemente una cuchilla por si acaso.

-Pero pero el arma que tu me diste con tanto cariño - grita triste sacando la daga de su falda resignada - toma! - dice imitando a una mujer que llora - aún así no la quería... Oye... - dijo ya normal - deberíamos ver donde dormir compañera... el aire libre aquí me da miedo y no paran de saludarme - se sonroja - ay se que soy famosa, pero a veces exageran un poco los fanáticos... Caminó por la calle en dirección a cualquier lugar.

-Vamos Jasmine... - le grita.

La verdad no sabía que hacer en estos momentos, estaba pensando seriamente en amenazarla y correr del lugar simplemente para poder continuar con mi travesía. Ella no era parte de mis planes, simplemente era una clase de chica que se pegó a mi por una razón extraña. Debía alejarla de mi.. y rápido.

Debo admitir que al volver a tomar la daga, me debilité. Extrañamente sentí como si mi fuerza y mi personalidad se hubieran esfumado.. como si hubiese vuelto a ser la antigua Jasmine que vivía feliz en Paris antes de que todo esto.. sucediera. La inocencia y la piedad extrañamente habían vuelto a surgir en mi de manera casi instantánea, haciendo que me sentara en mis rodillas rápidamente y que cerrara mis ojos mirando al cielo ‘estrellado’ recordando todos aquellos momentos antes de que ‘El Apocalipsis’ sucediera, y sobretodo.. el oscuro secreto que mi familia se llevo a la tumba.. y que ahora solo yo sabía.

- Nunca pudo llegar a sobrevivir.. - dije susurrando mientras enderezaba mi mirada hacia la chica, y pude escuchar su grito con mucha facilidad, y debo admitir.. que por primera ves en mi vida, sentí la necesidad de quedarme cerca tan solo por tener un extraño presentimiento sobre este lugar.

-Veamos... - dijo la chica deteniéndose después de haber caminado un poco por los barrios bajos, ya un poco desesperada por no encontrar un buen lugar para dormir, ahora estaba más que cansada, exhausta... - ¿Te improta mucho donde nos resguardemos? Pareces ser una experta en estas cosas...y yo a este paso no creo encontrar un lugar para dormir, soy bastante exigente.
Tomó un respiro acomodándose un poco la ropa viendo a la gente de una manera cada vez más aterradora, con miradas más pobres y misericordiosas, como si ya no les importara la forma de vivir.