Un paseo [Libre]

La mayoría de las personas ante la ‘crisis’ prefería vivir en un ghetto, refugio o simplemente encerrarse en sus casas –como lo había decidido Patrik – pero yo no quería eso. Valoraba mi libertad y no le temía a los vampiros, yo iba a hacer mi vida normal, como siempre…si estaba destinada a morir en sus manos lo haría tanto encerrada en un refugio o en cualquier otro lugar del planeta. Según mi madre era una locura, pero yo no lo veía así. No huiría de ellos, para mi no representaban ningún peligro en especial… ellos eran los predadores y nosotros la presa, simple supervivencia… algunos humanos no lo entendían, y se negaban a que ya no ‘domináramos’ el mundo, pero así era. De que había vampiros ‘malos’ de seguro los había, así como siempre el mundo estuvo infectado de seres humanos realmente bastardos.

Había salido de mi departamento con el simple objetivo de distraerme, así que fui al centro comercial, no era fan de las compras ni nada; muy por el contrario…pero quería distraerme y hacer algo diferente. Como era de suponer no eran muchos los valientes humanos que salían de sus escondites con rumbo al centro comercial en donde seguramente los vampiros se paseaban con tranquilidad…pero los había, y una era yo.

Fui al centro comercial a distraerme un poco de todos esos vampiroz casando humanos, se veian desesperados encerio.
Si ellos mismos, cazan su propia comida.
Me dirigi hacia la entrada y note a una humana, una de las pocas que se atrevian a salir.
-Hola -salude detraz de ella.

Estaba ensimismada en mis pensamientos cuando una voz masculina me habló, tomandome por sorpresa. Volteé para saber quien me había hablado, entonces me encontré con un tipo bastante alto...sus ojos y su pálida piel lo delataban, era un vampiro. No pude evitar que miles de recuerdos se asomaran a mi mente cuando lo miré a los ojos, eran del mismo color azul-celeste que los de mi "amigo" fallecido, sacudí mi cabeza aislando todo aquello.
- Hola ... pretendes asustar a la gente hablando asi de la nada? - pregunté seriamente, no me asustaba el hecho de que fuese un vampiro, es más no me asustaba...solo que iba tan 'ida' en mis pensamientos que me había sobresaltado un poco cuando este desconocido, me ahbía hablado. Luego sonreí.

-Por supuesto que no -sonrei- Soy Robert, es un placer -bese su mano- y descuida, no te hare nada, me considero un ser humanitario mas que sadico -le explique- me alegra no haberte asustado.

Sonreí ante su acto de caballerosidad. Era extraño, supuse que aquel vampiro sería algo 'mayor' debido a sus modales, porque sinceramnete de estos tiempos no era, claro era un vampiro podía tener cientos de años y su cuerpo no delataría aquello jamás. - Soy Sibylla - dije sonriendo. - Sabes algo? Sinceramente no le temo a los vampiros... aunque de todas formas es bueno que seas 'humanitario', no tenía planeado morir hoy - bromeé.

-Que extraña coincidencia -comente- yo no tenia planeado matar a nadie hoy, estamos a mano -sonrei- Sibylla, es un lindo nombre, si me permites decirlo.

Robert parecía un chico ... un vampiro agradable, yo sabía que no necesariamente los vampiros eran esos monstruos que todos creían. - Gracias por el cumplido - señalé sonriendo amablemente.
- Mmm... y si no querías alimentarte...que haces en un centro comercial, digo no creo que seas un fan de las compras o si? - pregunté curiosa y divertida, había sido testigo de que algunos vampiros hacían su vida como cualquier persona pero no me imaginaba que un centro comercial fuese su destino favorito.

-Oh claro, amo Doce&Gabbana -dije sarcasticamente- no, en realidad suelo caminar cuando me aburro -sonrei- no suelo encontrar humanas tan lindas, normalmente las vampiras tienen reservado eso -la mire sonriendo.

- Supongo que compararme con la belleza vampírica es un gran cumplido - dije riendo. Luego suspiré estar hablando con un vampiro que aparentaba ser tan solo un joven y su simpatía me traian lindos pero a la ves dolorosos recuerdos de aquella persona que jamás volvería a ver, que había muerto injustamente y que yo quería incondiconalmente. - Gracias...-susurré sonriendo

-¿Sucede algo? -pregunte al ver un poco triste su mirada- Puedes confiar en mi -tome su mano y le sonrei llevandola a una banca por la fuente e invitandola a sentarse.

- Mmm nada -dije intentando sonreir pero fue totalmente inutil. - Es solo que me recuerdas a un amigo, alguien a quien quise muchísimo - confesé intentando sonar lo más normal posible con la vista en el horizonte.

-Pues lamento si le sucedio algo -dije con tristeza- Pero una señorita tan bella no se debe poner triste -sonrei- ¿Buscaba algo en este desolado lugar? -pregunte mirando alrededor.