Antonella Phoenicea

Nombre: Antonella Phoenicea
Raza: Vampiro
Poder: Telequinesis (Mover objetos con la mente)
Nivel de poder: 4
Fecha de nacimiento: 15 de Octubre de 1787
Fecha de Muerte: 19 de Diciembre 1809
Edad actual: 248 años
Edad que aparenta: 22 años
Lugar de Origen: Francia
Lugar de Residencia: Estados Unidos
Descripción Física: No muy alta, menuda y pelirroja. Piel extremadamente pálida y ojos azules.
Descripción Psicológica: Engañadora, un poco narcisista, apasionada y caprichosa.
Ocupación: Canto.
Familia: Hermano: Brian Phoenicea (1795 - 1875)
Madre: Margaret Phoenicea (1767 - 1827)
Padre: Matthew Phoenicea (1764 - 1826)



Historia: Antonella nació en Francia, en los principios de la revolución. Con 10 años, vivió, como era de esperar, una existencia poco normal. La agresividad que se respiraba en su país era extremadamente intensa y por esto no podía hacer lo que deseaba a la hora o lugar en el que deseaba… mucho menos con el maravilloso invento de la Guillotina a solo unas cuadras de ella.
El hecho de no hacer todo lo que quería, la ponía de mal humor siempre y con todos sin excepciones. Su familia, por suerte, se daba cuenta antes de que la chica explotara y se escondían en sus habitaciones. Ella, por su parte, también se encerraba en su pieza y empezaba a maldecir su vida frente al espejo.
A los 22 años, con la revolución contando como una historia pasada, Antonella viajó a Italia. Allá la esperaba una familia, la cual la acogería en su casa. Lastimadamente los integrantes no eran tan normales como la casa y el jardín… ellos eran Vampiros. La joven, feliz e inconsciente de la situación, se quedó en la antigua casa con la linda familia. Pasaron aproximadamente tres meses en los que Antonella no supo nada, hasta que un día un inmaduro vampiro visitante se alojó en la habitación continua a la de ella.
Javier era alto, sexy, pálido y tenía sus ojos azules… al igual que todos los habitantes de la casa menos ella, que contaba con intensos ojos marrones. La atracción que ella sentía era casi imposible de olvidar.
Una fría noche la puerta de su habitación se abrió. Era él… Javier con su extrema palidez. Con ansiedad, Antonella se hizo la dormida, pero él sentía su respiración extrañamente agitada.
La puerta cerrándose, pasos hacia la cama, el colchón hundiéndose al lado izquierdo y ella dando la espalda al hermoso joven sin saber lo que él quería hacerle. Un suspiro en su oído desencadeno su supuesto despertar, ella misma se sorprendió de su buena actuación, pero él no se la había creído nunca. Con la respiración aun agitada y con la boca de Javier a centímetros de la de ella, él mostró sus colmillos. El grito que estaba por salir se vio ahogado por la mano del chico, él sonrió con sus hermosos dientes y le dijo: “¿Puedo?”. Con los ojos fijos en los suyos, ella contestó: “Hmm… ¿Si?” más como una pregunta que como una verdadera respuesta. “Suficiente para mí” Dijo el vampiro con sus ojos ahora rojizos. Bebieron mutuamente de sus sangres y Antonella “murió”.
El viajero se marchó y Antonella, fue viajando de país en país por muchos años buscando un lugar en el cual donde acostumbrarse, pero no lo encontró.
Año 2035, vampiros por todas partes y humanos escaseando. Tratando finalmente formar una nueva vida, viajó a Estados Unidos, el único país que había querido evitar. En ese lugar, Antonella vive de su hermosa voz.